domingo, 24 de febrero de 2008

Coches de Atenas

El parque móvil griego (automovilístico, las motos irán en entrega separada) presenta algunas peculiaridades que merecen ser reseñadas.
La más sutil lo es por omisión. No hay coches medianos y grandes de marcas generalistas. Es decir no se ven -apenas- coches como un Renault Laguna o Citröen C5. Si hay dinero para más de un Clio o C3, el griego compra alemán o italiano molón (Alfa, Lancia, Ferrari), de segunda mano si es preciso. La peculiaridad más visible es la abundancia de:

coches viejos, muy viejos,
viejísimos decrépitos.
Parece que un porcentaje notable de griegos se compra un coche -limitaciones de la lengua española me obligan a aclarar-. Quiero decir un (numeral, no indefinido) coche -sólo uno, en toda su vida-.
La consecuencia es que para un aficionado a la mecánica como yo las calles son una constante delicia y sorpresa.
Además, hay inventos como este 2CV "limo" -ITV,es un concepto cuando menos foráneo-. En futuros "posts" procuraré poner fotos de inventos aún más pistonudos.

La circulación de los coches así es posible porque la disparidad de velocidades y actitudes viarias -esencia y razón de ser del CAOS circulatorio ateniense- hace que el abuelo del Simca 1200 pueda ir a 30 por la autopista sin sonrojo ni menoscabo aparente de la honra materna -refiero un caso real, casi me lo llevo puesto-.
Aquellos de vosotros que tengáis pasión por la mecánica y la conducción a saco venid a Grecia, será inolvidable.

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