Aterrizar en este país es sólo el principio. Luego están los taxistas. En el primero de mis vuelos de traslado a Atenas tuve la emocionante experiencia de llegar a casa (a las 4:30 de la mañana) con un taxista que, por decirlo suave, iba a saco. Por la autopista a unos 160 y por las calles de Atenas a unos 100. Por supuesto con la mano izquierda sacada por la ventanilla y ese aire de "mi trabajo me aburre" tan característico de los taxistas de todo el mundo.
En mi segundo viaje el taxista me llevó, lo que es un excelente atajo, por medio de todo el puterío del centro de la ciudad mientras me habalaba en griego sin parar (más sobre eso luego). Yo apenas entendía, pero colegía que era algo sobre la falta de limpieza de sangre y de bajos de las trabajadoras de obras púbicas y su capacidad para tener tratos con cualquiera, la calle era extraordinariamente multiétnica.
Atenas es ruidosa, sí, pero además los Popes tienen la hermosa costumbre de llamar a Misa usando las campanas. Ya sé que en España también pasa, pero aquí es entre 7 y 8 de la mañana. El vuelo de Vueling (perdón por la inevitable redundancia) llega a las 4:30. he ahí el origen de mi primera blasfemia en suelo heleno, ¡Qué Dios me perdone!
Los españoles hablamos griego sin apenas acento. Esto supone que los nativos consideran mis expresiones como "Apenas entiendo ni hablo griego" como una fórmula de cortesía llena de modestia. Nada más lejos de la realidad, así que he optado por hablar griego con acento norteamericano en la esperanza de que asuman que "Aún no hablo griego".
Pese a todo las cosas van bien. He empezado mis clases de griego en la Unión Helenoamericana. La composición del grupo es: dos ucranianos (chico y chica , ella monísima) una rusa, una serbia, una china de Hongkong, una japonesa de mediana edad, dos francesas, dos norteamericanas y este servidor. Por supuesto la lengua de trabajo es el inglés, estamos en intermedio 1 y hay quien apenas junta las letras. La rusa no habla inglés y la monísima ucraniana le traduce gentilmente a la lengua de Pushkin. La profesora se llama Parí (diminutivo de Paraskeví), que viene a significar Viernes ( sí, como el noble salvaje de Robinson Crusoe...) es una griega de las de tipo tracia o "falsa tracia"...
Y es que las griegas se dividen en...
martes, 9 de octubre de 2007
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