martes, 5 de agosto de 2008

Perdiciones nacionales (y II): el tabaco.

Grecia forma parte de la Unión Europea. La anterior obviedad sirve para recalcar que aquellos que opinaban que la UE (y aún más el Euro) iban a conllevar una uniformidad de la cultura y estilo de vida, al menos de momento se equivocan.
Grecia parece ser el país de Europa con mayor porcentaje de población fumadora (45%), así como el mayor productor de tabaco de la UE y séptimo del mundo.El tabaco se cultiva sobre todo en Tracia y buena parte de los agricultores pertenecen a la minoría musulmana -Turcos y Pomacos (eslavos)- de la zona. El gobierno griego ha subido los impuestos especiales del tabaco y aparecen en los paquetes los consabidos letreros de "mucho susto". Oficialmente ha habido dos tandas de restricciones en cuanto a los lugares permitidos y prohibidos para el tabaco -por ejemplo:
http://news.bbc.co.uk/2/hi/europe/2288121.stm hace seis años (los ingleses como siempre destilando tufillo colonial) -.
Normativas del todo sin efecto, por no decir que son objeto de franco cachondeo público.
Los griegos fuman a todas horas y en todas partes. Además del cigarrito del no-desayuno, otros muchos adornan el día. En ningún otro sitio he visto yo, por ejemplo, fumar a la gente en la moto -en marcha, no a la puerta del bar-.
Ahora anuncian que para el 2010 se prohibirá el fumar en todo lugar público y con fuertes multas -eso quiero verlo yo- ( http://www.earthtimes.org/articles/show/214779,greek-government-plans-to-ban-smoking-by-2010.html )
En Grecia sólo se fuma tabaco rubio y tienen mucho éxito los tabacos pijos como los "Virginia Slims". Otro dato curioso es que, hoy por hoy, la ley no pone restricciones a la venta de tabaco a menores, ni a su publicidad.En relación a lo dicho de las marcas "pijas", el griego ostenta en todo lo que puede, por eso al llegar a una "taverna" (sí, con "v") deja encima de la mesa, lo más a la vista posible, las pruebas de su posición social, a saber: las llaves del coche, el teléfono móvil, el paquete de tabaco y el encendedor, todo de marcas que hagan ver a los demás que su status no admite discusión. Yo no consigo, por más que nuestro buen amigo Josep -saludos, Dr. Bernal- me incite a ello, dejar mis posesiones en la mesa, y eso que las llaves del Mercedes serían todo un punto. Supongo que si tuviera un iPhone -en vez de mi baqueteado Nokia- que agregar a las susodichas llaves, quizás me animaría a marcar territorio al llegar a la taverna. Así, que si queréis colaborar y regalarme -por suscripción pública- un súper-teléfono, quizá mejoremos mi integración en la sociedad helena, aunque sin tabaco ni mechero no será lo mismo.
Después de este ataque de morro que me he marcado, prosigo.
Se fuma de manera inmisericorde hasta el punto de que el mayor peligro en una playa griega no son las medusas sino las colillas (bueno, y el miedo a que alguna supere el límite de elasticidad de la lycra y se produzca una deflagración...) y se llega a estar tomando el sol en medio de nubes de humo. En Patras pasamos por una callecita con bares que era literalmente irrespirable.
Una perdición.

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